"Eso no es un chicle, es un condòn......"

Por: Jaquelin Alarcón

Vanesa Giraldo es una joven de 17 años, actualmente tiene una vida sexual activa, cuenta que la información adquirida sobre métodos de planificación y sexualidad lo ha aprendido de sus amigas, por internet, pero nada de esa información viene de sus padres.

Así, como Vanesa esta situación la viven otras jóvenes, las cuales no reciben una información y educación sexual en sus hogares, “eso no en un chicle es un condón” le dijo Vanesa a su padre cuando este, creyó que un condón era un chicle, ya que decía en el empaque “con sabor a fresa”, y mirando el empaque y todo no se tomo la molestia de leerlo y se lo metió a la boca, lo masco y se dio cuenta que no era un chicle si no látex, él se enojó con ella, y es tanta la desinformación de su familia que otra vez que su madre encontró un ovulo anticonceptivo, se lo metió a la boca, lo mordió pensando que era un chocolate.

Es risible, que hoy en día en pleno siglo XXI, les pase a los padres casos como los anteriores, y más aún que los padres no sean autónomos de brindarle información para transmitirla a sus hijos, cosas como las que cuenta Vanesa, o que la madre le encuentra las píldoras anticonceptivas y se las tome para un dolor de cabeza, se ponen el parche pensando que es un parche” león” para el dolor de espalda, y demás casos así, no deben continuar. Aunque se piense lo contrario los padres también necesitan información, más aún, si un padre no sabe de los últimos métodos de sexualidad, y otras cosas primordiales para brindarle una orientación a su hijo, porque si el padre no sabe de que está hablando mucho menos el hijo va a entender.

Vanesa, dice que cuando le paso eso a sus padres ellos la regañaron, por tener esos objetos en la casa, “no me parecía que me debieran haber regañado, tengo relaciones y me estoy cuidando, la brava debería ser yo, porque ellos no medan la información adecuada para prevenir un embarazo o una enfermedad de transmisión sexual”. Así que los padres deberían entrar en razón, que muchas veces no todo lo saben y deben educarse, así como los hijos, para no llegar a comer chicle, chocolate o tomarse una pastilla para el dolor de cabeza, y que sus hijos no les digan, en tono irónico, “ que haces, estos son mis métodos anticonceptivos”.