Por Jaquelin Alarcón
Luisa Fernanda Rozo, tiene 19 años de edad y quedo embarazada a los 16, cuando cursaba noveno grado en el colegio Silverio Espinoza, “cuando estaba en el colegio y estaba a mitad de año quede embarazada y me toco retirarme, ya que, faltaba mucho al colegio y pues iba mal en todas las materias, además me dijeron que el niño podría nacer con problemas y me tocaba tener mucho cuidado, no tenía planeado tener un hijo pero pues ya toca enfrentar la situación” dice.
Situaciones como la de Luisa, hace que la población ciudadana se pregunte sobre cómo está funcionando las campañas de reproducción sexual en los jóvenes.
Según datos de la secretaria de salud, el año pasado 1.672 partos, se presentaron de madres adolescentes de 9.049, estas madres eran de 19 años o menores, caso que persiste pese a las campañas realizadas por entidades como: Profamilia, El ministerio de Salud y de Protección Social y Bienestar Familiar.
Profamilia, en la última encuesta nacional de demografía y salud sexual reproductiva, realizada en 2005, establece que el 11% de las mujeres tienen su primera relación sexual antes de cumplir los 15 años, el 46% antes de los 18, lo que indica que algunas mujeres entre los 14 y 19 años ya han experimentado su sexualidad y podrían quedar en embarazo si no se les da la información adecuada. A lo que Profamilia, también suma que el nivel educativo, el índice de riqueza, así como el lugar de residencia inciden directamente sobre el embarazo en adolescentes.
Olga Ramírez, Psicóloga y especialista en salud sexual, dice que “faltan proyectos de educación sexual y reproductiva en colegios, pero así mismo una orientación a jóvenes y profesores para que sepan hablar del tema con información clara que los adolescentes entiendan y obtengan una buena orientación, donde se les capacite de cómo prevenir un embarazo o que métodos anticonceptivos existen, tenemos que cambiar esas clases de educación sexual de los colegios donde solo tocan las cosas por encima, se menciona la actividad sexual, pero no los problemas que podría traer”.
“el fin de las campañas de educación sexual no sirven para disminuir los embarazos, ya que la campaña se hace y esta ahi, el hecho es concienciar a los jóvenes, a esas personas que están urgidas de información, para que cambie esa actitud de irresponsabilidad frente al tema, la campaña en realidad no puede hacer más, el resto le corresponde a la familia, al sistema educativo y a la persona misma, ya que si la persona no quiere, no cambia los hábitos, este es un problema de muchos, un problema social” dice una de las trabajadoras sociales de Profamilia.
Rozo, para poder culminar sus estudios valido el bachillerato y piensa entrar a estudiar un técnico en secretariado empresarial, ya que según ella este dura 3 años y le sirve para obtener un mejor empleo donde consiga mas del mínimo para poder mantener a su hijo, “mi familia no estuvo de acuerdo, pero igual me toca salir adelante, como sea, por mi bebe en este momento yo hago lo que sea, lo adoro y se convirtió en mi vida” dice Luisa.